La Revolución de Cochabamba fue el primer estallido revolucionario contra las autoridades españolas del Virreinato del Río de la Plata en el Alto Perú (hoy Bolivia) producido con posterioridad a la Revolución de Mayo en Buenos Aires. Tuvo lugar el 14 de setiembre de 1810 y fue encabezada por el coronel Francisco del Rivero y por Esteban Arze.
Antecedentes
Luego de la instalación de la Primera Junta de Gobierno en Buenos Aires, partió una Expedición Auxiliadora al Alto Perú para lograr la sumisión de las provincias de la Real Audiencia de Charcas al nuevo gobierno revolucionario.
El virrey del Perú, José Fernando de Abascal, había desconocido a la Junta de Buenos Aires y, a pedido del presidente de la Real Audiencia de Charcas, Vicente Nieto, y del gobernador intendente de Potosí, Francisco de Paula Sanz, anexado provisoriamente las intendencias de esa Audiencia al Virreinato del Perú. Nieto tomó conocimiento de la instalación de la Primera Junta el día 20 de junio, tomando el 26 de junio la medida de desarmar a la unidad del Regimiento de Patricios de Buenos Aires que había llevado a Chuquisaca el año anterior, destituyendo a los oficiales y mandando a los soldados sorteados por el método del diezmo a trabajar al socavón de Potosí.
Abascal nombró al presidente provisorio de la Real Audiencia del Cuzco, José Manuel de Goyeneche, General en Jefe del Segundo Ejército Expedicionario del Alto Perú. Éste marchó hacia Puno y luego situó su campamento sobre el río Desaguadero.
Nieto envió al mayor general José de Córdoba y Rojas a ocupar el pueblo estratégico de Santiago de Cotagaita con tropas de Chuquisaca y 4 compañías de Potosí al mando del coronel González Socasa. La posición fue fortificada con fosos y trincheras en espera de la llegada de los refuerzos solicitados al virrey del Perú, mientras Córdoba se situaba en Tupiza.
La revolución
El 6 y el 7 de noviembre de 1809 se había producido una movilización indígena en el pueblo de San Agustín de Toledo, cerca de Oruro, para impedir que el cacique Manuel Victoriano Titichoca fuera destituido. En abril de 1810 Titichoca encabezó una sublevación, de la cual participó Pedro Ignacio Rivera. Para sofocarla, el gobernador de Cochabamba José González Prada envió un batallón de 300 milicianos comandados por el coronel Francisco del Rivero, secundado por Esteban Arze y Melchor Guzmán (alias el Quitón), pero Titicocha se retiró en abril sin ofrecer combate, refugiándose finalmente en el Partido de Carangas. Las fuerzas cochabambinas que estaban en Oruro recibieron la orden de Nieto para incorporarse al ejército que se acantonaba en Tupiza. Al tomar conocimiento de la orden, salieron de Oruro dirigiéndose a Cliza, desde donde se pusieron en comunicación con correligionarios de Cochabamba.
Mientras Goyeneche preparaba en el río Desaguadero una expedición que al mando del coronel Basagoytía debía reforzar a las fuerzas de Córdoba en Tupiza, el 14 de setiembre de 1810 se produjo la insurrección de Cochabamba liderada por el coronel Francisco del Rivero. Con unos 1.000 milicianos del valle de Cliza, éste ingresó en Cochabamba y tras rodear a la guarnición, arrestó y derrocó al gobernador intendente González Prada. Adhirió a la Junta de Buenos Aires y fue proclamado Jefe Político y Militar, con los cargos de "Gobernador Intendente, Presidente y Capitán General de la Provincia", sin que se produjera derramamiento de sangre.
Las tropas remitidas a Chuquisaca por el gobernador González Prada retornaron el 22 de septiembre al tomar conocimiento de lo ocurrido en Cochabamba. Dos días después abandonaron la ciudad 500 soldados de Santa Cruz de la Sierra.
Alzamientos de Santa Cruz de la Sierra y Oruro
En agosto, el capellán José Andrés de Salvatierra lideró un movimiento en el Fuerte de Membiray de Cordillera y el 24 de septiembre tomó la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Allí, un cabildo abierto depuso al subdelegado Pedro José Toledo y se formó la "Junta Provisoria", liderada por Antonio Vicente Seoane, el coronel Antonio Suárez, José Andrés de Salvatierra, Juan Manuel Lemoine y el enviado de la Primera Junta de Buenos Aires, Eustaquio Moldes. Poco después Rivero nombró a Seoane como subdelegado de Santa Cruz de la Sierra.
El 6 de octubre se produjo el pronunciamiento de Oruro, encabezado por el subdelegado de Hacienda y Guerra Tomás Barrón, adhiriendo a la Junta de Buenos Aires y solicitando ayuda a Cochabamba.[1] El recién llegado ministro contador José María Sánchez Chávez decidió resistir, encerrándose con los caudales junto con las escasas fuerzas veteranas y solicitando ayuda a Juan Ramírez Orozco.
A su vez, los revolucionarios de Oruro solicitaron ayuda a los de Cochabamba. Sánchez Chávez luego intentó fugarse con los caudales a fines de septiembre, pero fue apresado en el lugar denominado La Barca y remitido a Cochabamba, de donde logró fugar.
La Batalla de Aroma
Esteban Arze con milicias de Cochabamba llegó a Oruro el 20 de octubre, reemplazó a Sánchez Chávez por Manuel Contreras. Luego de reforzar su tropas con milicias locales, salió el 12 de noviembre junto con Guzmán y con 1.500 hombres mal armados al encuentro de las tropas realistas que el general Ramírez Orozco había enviado para sofocar la insurrección de Oruro. Estas tropas, 800 infantes veteranos y dos piezas de artillería, estaban al mando de Fermín Piérola.
El 14 de noviembre se produjo la batalla de Aroma, que culminó con el triunfo de Arce y la persecución del ejército realista en dirección a La Paz, teniendo éste la mitad de sus fuerzas muertas o prisioneras.
Piérola intentó resistir en Sica Sica, pero su ingreso en el pueblo fue impedido por sus habitantes. Continuó hacia Calamarca y luego a Viacha, en las afueras de La Paz, en donde se hallaba Ramírez Orozco, quien remitió a Puno los caudales públicos situándose en Tiawanaco. A mediados de noviembre repasó el río Desaguadero con sus tropas y con el obispo de La Paz, Lasanta, de quien la Junta había ordenado su ejecución debido a su campaña propagandística contra ella. El 15 de noviembre ordenó al coronel Domingo Tristán y Moscoso que, en caso de que se produjera un levantamiento en La Paz, desalojara la ciudad con lo que pudiera salvar. Luego de la victoria y durante la persecución de los realistas, las tropas milicianas cochabambinas se dispersaron, retornando sólo un grupo pequeño a Cochabamba.
El 16 de noviembre, ante la inminencia de la llegada de las fuerzas revolucionarias, el gobernador intendente de La Paz, Domingo Tristán, llamó a un congreso del pueblo, que por unanimidad aceptó la autoridad de la Junta de Buenos Aires.
Rivero despachó dos divisiones desde Cochabamba: una de ellas entró en La Paz el 19 de noviembre al mando de Bartolomé Guzmán con 800 hombres, en donde el intendente Domingo Tristán y Moscoso se plegó a la revolución. La otra ocupó Chuquisaca el 13 de noviembre, al mando de Manuel de la Vea.[2]
El 21 de noviembre, un decreto de la Primera Junta creó el Regimiento N° 7 de Infantería (Regimiento de Cochabamba) con fuerzas milicianas del Alto Perú, siendo su jefe Francisco del Rivero.
Recuperación realista y fin de la revolución cochabambina
Poco después de las batallas de Aroma y de Suipacha, todo el Alto Perú quedo sometido a la Junta de Buenos Aires y el ejército auxiliar se situó en el campamento de La Laja, cerca del río Desaguadero. Al otro lado del río, en el campamento de Zepita, se instalaron las fuerzas realistas peruanas.
El 20 de junio de 1811, Goyeneche ordenó atacar al ejército revolucionario, logrando el triunfo en la decisiva Batalla de Huaqui, que obligó a los restos del ejército auxiliar a retroceder precipitadamente hacia Potosí. La División de Cochabamba, al mando de Rivero, no participó activamente de la batalla, de modo que pudo retirar la mayor parte de sus tropas hacia La Paz y luego hacia Cochabamba.
Goyeneche repasó con sus tropas el río Desaguadero y permaneció a la espera por unos días. Al tener noticias de que la división de al mando de Eustoquio Díaz Vélez, con 800 hombres, avanzaba desde Chuquisaca a Cochabamba, se trasladó hasta La Paz. La ciudad no presentó resistencia alguna, y el gobernador intendente Domingo Tristán — primo de Goyeneche — lo recibió en triunfo y fue confirmado en el cargo. El 4 de agosto, Goyeneche partió hacia Cochabamba.
El 13 de agosto de 1811 la vanguardia realista al mando de Ramírez Orozco obtuvo el triunfo en la primera Batalla de Sipe Sipe (o Amiraya) sobre las fuerzas cochabambinas. El 21 de agosto de 1811, Goyeneche entró pacíficamente en Cochabamba, luego de aceptar pedidos de clemencia de sus ciudadanos. Francisco del Rivero se pasó al bando de Goyeneche luego entrevistarse con él el 15 de agosto, sin saber que había sido nombrado el 3 de agosto como jefe del ejército auxiliar por la Junta de Buenos Aires. Goyeneche lo mantuvo en sus cargos militares y nombró a Antonio Allende como gobernador intendente de Cochabamba.[3] Finalizó así la primera Revolución de Cochabamba.
Los milicianos de Palca marchaban hacia Cochabamba con la intención de ayudar a Rivero, pero al no poder unírseles, retornaron a su pueblo y organizaron en él al mando de José Buenaventura Zárate, la resistencia a Goyeneche. Fue el inicio de la llamada Republiqueta de Ayopaya.
Antecedentes
Luego de la instalación de la Primera Junta de Gobierno en Buenos Aires, partió una Expedición Auxiliadora al Alto Perú para lograr la sumisión de las provincias de la Real Audiencia de Charcas al nuevo gobierno revolucionario.
El virrey del Perú, José Fernando de Abascal, había desconocido a la Junta de Buenos Aires y, a pedido del presidente de la Real Audiencia de Charcas, Vicente Nieto, y del gobernador intendente de Potosí, Francisco de Paula Sanz, anexado provisoriamente las intendencias de esa Audiencia al Virreinato del Perú. Nieto tomó conocimiento de la instalación de la Primera Junta el día 20 de junio, tomando el 26 de junio la medida de desarmar a la unidad del Regimiento de Patricios de Buenos Aires que había llevado a Chuquisaca el año anterior, destituyendo a los oficiales y mandando a los soldados sorteados por el método del diezmo a trabajar al socavón de Potosí.
Abascal nombró al presidente provisorio de la Real Audiencia del Cuzco, José Manuel de Goyeneche, General en Jefe del Segundo Ejército Expedicionario del Alto Perú. Éste marchó hacia Puno y luego situó su campamento sobre el río Desaguadero.
Nieto envió al mayor general José de Córdoba y Rojas a ocupar el pueblo estratégico de Santiago de Cotagaita con tropas de Chuquisaca y 4 compañías de Potosí al mando del coronel González Socasa. La posición fue fortificada con fosos y trincheras en espera de la llegada de los refuerzos solicitados al virrey del Perú, mientras Córdoba se situaba en Tupiza.
La revolución
El 6 y el 7 de noviembre de 1809 se había producido una movilización indígena en el pueblo de San Agustín de Toledo, cerca de Oruro, para impedir que el cacique Manuel Victoriano Titichoca fuera destituido. En abril de 1810 Titichoca encabezó una sublevación, de la cual participó Pedro Ignacio Rivera. Para sofocarla, el gobernador de Cochabamba José González Prada envió un batallón de 300 milicianos comandados por el coronel Francisco del Rivero, secundado por Esteban Arze y Melchor Guzmán (alias el Quitón), pero Titicocha se retiró en abril sin ofrecer combate, refugiándose finalmente en el Partido de Carangas. Las fuerzas cochabambinas que estaban en Oruro recibieron la orden de Nieto para incorporarse al ejército que se acantonaba en Tupiza. Al tomar conocimiento de la orden, salieron de Oruro dirigiéndose a Cliza, desde donde se pusieron en comunicación con correligionarios de Cochabamba.
Mientras Goyeneche preparaba en el río Desaguadero una expedición que al mando del coronel Basagoytía debía reforzar a las fuerzas de Córdoba en Tupiza, el 14 de setiembre de 1810 se produjo la insurrección de Cochabamba liderada por el coronel Francisco del Rivero. Con unos 1.000 milicianos del valle de Cliza, éste ingresó en Cochabamba y tras rodear a la guarnición, arrestó y derrocó al gobernador intendente González Prada. Adhirió a la Junta de Buenos Aires y fue proclamado Jefe Político y Militar, con los cargos de "Gobernador Intendente, Presidente y Capitán General de la Provincia", sin que se produjera derramamiento de sangre.
Las tropas remitidas a Chuquisaca por el gobernador González Prada retornaron el 22 de septiembre al tomar conocimiento de lo ocurrido en Cochabamba. Dos días después abandonaron la ciudad 500 soldados de Santa Cruz de la Sierra.
Alzamientos de Santa Cruz de la Sierra y Oruro
En agosto, el capellán José Andrés de Salvatierra lideró un movimiento en el Fuerte de Membiray de Cordillera y el 24 de septiembre tomó la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Allí, un cabildo abierto depuso al subdelegado Pedro José Toledo y se formó la "Junta Provisoria", liderada por Antonio Vicente Seoane, el coronel Antonio Suárez, José Andrés de Salvatierra, Juan Manuel Lemoine y el enviado de la Primera Junta de Buenos Aires, Eustaquio Moldes. Poco después Rivero nombró a Seoane como subdelegado de Santa Cruz de la Sierra.
El 6 de octubre se produjo el pronunciamiento de Oruro, encabezado por el subdelegado de Hacienda y Guerra Tomás Barrón, adhiriendo a la Junta de Buenos Aires y solicitando ayuda a Cochabamba.[1] El recién llegado ministro contador José María Sánchez Chávez decidió resistir, encerrándose con los caudales junto con las escasas fuerzas veteranas y solicitando ayuda a Juan Ramírez Orozco.
A su vez, los revolucionarios de Oruro solicitaron ayuda a los de Cochabamba. Sánchez Chávez luego intentó fugarse con los caudales a fines de septiembre, pero fue apresado en el lugar denominado La Barca y remitido a Cochabamba, de donde logró fugar.
La Batalla de Aroma
Esteban Arze con milicias de Cochabamba llegó a Oruro el 20 de octubre, reemplazó a Sánchez Chávez por Manuel Contreras. Luego de reforzar su tropas con milicias locales, salió el 12 de noviembre junto con Guzmán y con 1.500 hombres mal armados al encuentro de las tropas realistas que el general Ramírez Orozco había enviado para sofocar la insurrección de Oruro. Estas tropas, 800 infantes veteranos y dos piezas de artillería, estaban al mando de Fermín Piérola.
El 14 de noviembre se produjo la batalla de Aroma, que culminó con el triunfo de Arce y la persecución del ejército realista en dirección a La Paz, teniendo éste la mitad de sus fuerzas muertas o prisioneras.
Piérola intentó resistir en Sica Sica, pero su ingreso en el pueblo fue impedido por sus habitantes. Continuó hacia Calamarca y luego a Viacha, en las afueras de La Paz, en donde se hallaba Ramírez Orozco, quien remitió a Puno los caudales públicos situándose en Tiawanaco. A mediados de noviembre repasó el río Desaguadero con sus tropas y con el obispo de La Paz, Lasanta, de quien la Junta había ordenado su ejecución debido a su campaña propagandística contra ella. El 15 de noviembre ordenó al coronel Domingo Tristán y Moscoso que, en caso de que se produjera un levantamiento en La Paz, desalojara la ciudad con lo que pudiera salvar. Luego de la victoria y durante la persecución de los realistas, las tropas milicianas cochabambinas se dispersaron, retornando sólo un grupo pequeño a Cochabamba.
El 16 de noviembre, ante la inminencia de la llegada de las fuerzas revolucionarias, el gobernador intendente de La Paz, Domingo Tristán, llamó a un congreso del pueblo, que por unanimidad aceptó la autoridad de la Junta de Buenos Aires.
Rivero despachó dos divisiones desde Cochabamba: una de ellas entró en La Paz el 19 de noviembre al mando de Bartolomé Guzmán con 800 hombres, en donde el intendente Domingo Tristán y Moscoso se plegó a la revolución. La otra ocupó Chuquisaca el 13 de noviembre, al mando de Manuel de la Vea.[2]
El 21 de noviembre, un decreto de la Primera Junta creó el Regimiento N° 7 de Infantería (Regimiento de Cochabamba) con fuerzas milicianas del Alto Perú, siendo su jefe Francisco del Rivero.
Recuperación realista y fin de la revolución cochabambina
Poco después de las batallas de Aroma y de Suipacha, todo el Alto Perú quedo sometido a la Junta de Buenos Aires y el ejército auxiliar se situó en el campamento de La Laja, cerca del río Desaguadero. Al otro lado del río, en el campamento de Zepita, se instalaron las fuerzas realistas peruanas.
El 20 de junio de 1811, Goyeneche ordenó atacar al ejército revolucionario, logrando el triunfo en la decisiva Batalla de Huaqui, que obligó a los restos del ejército auxiliar a retroceder precipitadamente hacia Potosí. La División de Cochabamba, al mando de Rivero, no participó activamente de la batalla, de modo que pudo retirar la mayor parte de sus tropas hacia La Paz y luego hacia Cochabamba.
Goyeneche repasó con sus tropas el río Desaguadero y permaneció a la espera por unos días. Al tener noticias de que la división de al mando de Eustoquio Díaz Vélez, con 800 hombres, avanzaba desde Chuquisaca a Cochabamba, se trasladó hasta La Paz. La ciudad no presentó resistencia alguna, y el gobernador intendente Domingo Tristán — primo de Goyeneche — lo recibió en triunfo y fue confirmado en el cargo. El 4 de agosto, Goyeneche partió hacia Cochabamba.
El 13 de agosto de 1811 la vanguardia realista al mando de Ramírez Orozco obtuvo el triunfo en la primera Batalla de Sipe Sipe (o Amiraya) sobre las fuerzas cochabambinas. El 21 de agosto de 1811, Goyeneche entró pacíficamente en Cochabamba, luego de aceptar pedidos de clemencia de sus ciudadanos. Francisco del Rivero se pasó al bando de Goyeneche luego entrevistarse con él el 15 de agosto, sin saber que había sido nombrado el 3 de agosto como jefe del ejército auxiliar por la Junta de Buenos Aires. Goyeneche lo mantuvo en sus cargos militares y nombró a Antonio Allende como gobernador intendente de Cochabamba.[3] Finalizó así la primera Revolución de Cochabamba.
Los milicianos de Palca marchaban hacia Cochabamba con la intención de ayudar a Rivero, pero al no poder unírseles, retornaron a su pueblo y organizaron en él al mando de José Buenaventura Zárate, la resistencia a Goyeneche. Fue el inicio de la llamada Republiqueta de Ayopaya.
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